Resumen del escenario
América Latina está experimentando una migración masiva sin precedentes debido a las temperaturas extremas y el deterioro de la calidad de vida. Las personas están desesperadas, y grupos armados están aprovechando la vulnerabilidad de la región para enviar grandes grupos por el océano Pacífico en busca del “Sueño Asiático.” El mundo está bajo dominio asiático tras la crisis del capitalismo, y América Latina está experimentando con formas descentralizadas de gobernanza para enfrentar la situación. A pesar de las dificultades, están surgiendo nuevas soluciones utilizando tecnologías Web3, y una nueva identidad regional está tomando forma.
*Este escenario fue escrito originalmente en inglés británico.
Proyecto:
Sector:
Web3, Bitcoin, Blockchain
Temas clave:
Migración, Extractivismo, Bienes comunes, Nuevas naciones
Horizonte temporal:
2038
Tal como lo vaticinaron los distintos comités científicos hace más de dos décadas, las altas temperaturas y la precarización de las condiciones de vida generó una crisis migratoria que empujó a muchas comunidades al sur en busca de climas más frescos, otras se dirigen a la amazonia y las zonas montañosas para garantizar su acceso al recurso hídrico; desafortunadamente en ambos casos los conflictos internacionales no se hacen esperar.
“El Gran Reinicio” propuesto por las élites globales falló y la mayoría de las poblaciones ya no cree en planes de salvación mundial bajo la miopía de la centralización. Después de una década, el famoso plan probó ser un ejercicio más para mantener los privilegios de unos pocos y garantizarles acceso a los escasos recursos naturales.
Ante una crisis de esta magnitud los gobiernos y los servicios estatales colapsaron, fue imperante descentralizar la asistencia social y sanitaria, la protección regional y la gobernanza de los Estados. Ahora Latinoamérica inicia el desmantelamiento de la mayoría de sus antiguos estados nación haciendo evidente la obsolescencia de las Naciones Unidas. Muchos claman por un proceso de transición más extendido, pero desafortunadamente la escala incremental de los desastres naturales no da espera.
Con una crisis social sin precedentes y bajo el yugo del cambio climático, Latinoamérica experimentó los flujos migratorios y de violencia más intensos de la historia reciente.
La situación para muchos es desesperante y grupos ilegales aprovechan la vulnerabilidad de la región para movilizar migrantes por el océano pacífico hacia la promesa económica asiática.
Miles de familias latinoamericanas se embarcan en este peligroso viaje por un futuro mejor, pero el racismo y la violación de derechos humanos a los migrantes desprotegidos no se hace esperar. Su prioridad es transferir algunas monedas digitales del banco central local a sus familiares en latinoamérica, aunque temen que debido a su estatus de ilegalidad el gobierno confisque con un clic sus ahorros, bloquee en cualquier momento los flujos de capitales hacia sus regiones de origen, o simplemente les suprima el acceso a cualquier servicio de primera necesidad.
Afortunadamente las identidades inmutables de la Web3 permiten a las familias hacer un seguimiento de la condición de salud, la economía y el estatus general de sus seres queridos en el extranjero, reduciendo en gran medida los casos de neoesclavismo y trata de personas.
El mundo está bajo la supremacía global asiática, y América Latina no tiene un estado centralizado ni fuerzas armadas coordinadas; las comunidades costeras del pacifico sufren continuas incursiones ilegales de los drones de pesca orientales, y las distintas especies de peces y tiburones están al borde del colapso.
En plena crisis del capitalismo global, grupos paramilitares latinoamericanos se alían con intereses extractivistas asiáticos, recibiendo financiación criptográfica y armamento de avanzada, infundiendo el terror en algunas zonas ricas en recursos naturales para robar las tierras, agudizando así la crisis migratoria.
El poderío militar asiatico vigila atentamente el ambiente social, económico, ambiental y tecnológico de latinoamérica, haciendo casi imposible responder a estas amenazas extractivistas. Ante este panorama, existe una preocupación real por una invasión para apropiarse de los ricos yacimientos de litio, silicio y de otros minerales estratégicos en la producción tecnológica.
América Latina está desmantelando los Estados fallidos y las viejas fronteras políticas. El continuo sufrimiento de la población migrante y los graves riesgos geopolíticos permitieron el surgimiento de una nueva conciencia latinoamericana hacia los bienes comunes y un espiritu de cooperación continental enmarcado por las biorregiones, sus comunidades protectoras y las estructuras energéticas que las componen.
Estas bioregiones son epicentros comunitarios con estatus de nación como el Pulmón Amazónico, el Valle del Orinoco, el Bosque de Paz, la Norpatagonia, los Andes Australes, o la Sierra Madre occidental, solo por nombrar algunas. Estas naciones emergentes redefinen las identidades comunitarias locales, pero alineadas bajo una nueva visión continental.
Este es el comienzo de un nuevo prototipo de Sociedad Descentralizada (DeSoc) en Latino América.
Bajo una democracia representativa, las distintas naciones emergentes coordinan esfuerzos para la difícil gestión de la crisis migratoria, militar y ambiental. Para lograrlo, primero es importante reducir al máximo el riesgo de contraparte en las transacciones que realizan con otras naciones, y es por ello que se ha establecido Bitcoin como la moneda de reserva continental.
El verdadero catalizador de la descentralización continental fue la diáspora de la antigua nación de Venezuela. En décadas previas los flujos migratorios venezolanos que inundaron Latinoamérica se establecieron en nuevas regiones, creando comunidades trasnacionales que cooperan entre sí de forma descentralizada, dinamizando el flujo de personas y economías a lo largo y ancho del continente.
Si la colectividad venezolana fundó los cimientos para una nueva sociedad latinoamericana descentralizada, fue gracias a los aprendizajes de El Salvador de otrora, que el continente comprendió la importancia de tener protocolos confiables de criptomonedas como Bitcoin. Esta criptomoneda perfecta fomentó la transición hacia las energías limpias descentralizadas, los sistemas financieros descentralizados y la descentralización de la propiedad de estos dos.
Gracias a la transparencia cuantitativa del protocolo Bitcoin, las naciones emergentes latinoamericanas pueden enfocarse en los impactos cualitativos que tiene este nuevo prototipo de Sociedad Descentralizada. De esta forma, son abolidos los anticuados indicadores como el Producto Interno Bruto (PIB) únicamente enfocados en la producción económica, dando paso a un cálculo de elementos cualitativos sistémicos del estado de bienestar de la sociedad y del medio ambiente.
Esta nueva filosofía ha calado también en las empresas privadas, donde los recursos naturales y los derechos laborales son ahora una prioridad, y se desestimula la discriminación sexual o la evasión fiscal.
Las empresas y las naciones ya no confunden su “éxito” con su beneficio financiero, y han integrado de forma obligatoria un balance del bien común inmutable y alojado en la Web3, con indicadores cualitativos propios donde el “beneficio” es aumentar el bien común. Estos indicadores se enfocan en cinco puntos principales: dignidad humana, solidaridad, justicia, sostenibilidad ambiental, y democracia.
Una nueva Inteligencia Artificial para la protección del continente, nutrida con datos sociales y medioambientales, gestiona la asignación estratégica del capital bajo un modelo de economía solidaria descentralizada. Esta Inteligencia Artificial permite anticipar los flujos migratorios con miras a evitar el colapso de los sistemas naturales allí donde lleguen, y aumenta la velocidad de respuesta ante los continuos desastres naturales. También media en la resolución de conflictos de las naciones, donde además de los acuerdos alcanzados, las partes hacen depósitos de Bitcoin como muestra de confianza para los futuros pasos adelante.
Ante el riesgo de aniquilación por desabastecimiento alimenticio sistémico y el cambio climático, las guerras se volvieron tan prohibitivas en cuanto a costes que los grupos violentos y carteles de la droga encontraban impráctica la competencia sobre el estado legítimo de custodia de la propiedad territorial, creando así un caldo de cultivo para el creciente inconformismo entre sus militantes.
Hacía falta un nuevo modelo de consenso sobre la propiedad, que almacene los esfuerzos (energía) y que habite en un espacio resistente a la aniquilación (el ciberespacio) para fomentar la cooperación y ofrecer a la sociedad un método de consenso instintivamente justo.
Al implementar en el continente un commodity digital-sintético y criptográfico como Bitcoin, se redefinió la forma de la propiedad en su totalidad, restableciendo la capacidad de las comunidades (incluyendo los grupos violentos) para lograr un consenso sobre el estado legítimo de custodia y así resolver “justamente” las disputas emergentes. Bitcoin no sólo representó una solución como la propiedad perfecta, sino que también se convirtió en el protocolo de consenso social que hizo obsoleta la guerra al servir como su sustituto funcional.[1]
Las naciones y comunidades que cooperan finalmente entienden la relevancia de la mejor “prueba de trabajo” para generar confianza entre los actores. La naturaleza del cambio climático les obligó a cooperar de formas radicales para una respuesta eficiente en la mitigación, adaptación e innovación de la producción sistémica y la gobernanza, haciendo de la Web3 la herramienta para implementar la democracia directa.
[1] Este segmento es una adaptación del increíble trabajo de Jason Lowery. Para más información, lee este artículo.
Esta ciber acupuntura (dinero duro digital descentralizado) cambió por completo la civilización y la mentalidad social continental hacia una preferencia temporal baja. Esto significa que ahora los ciudadanos consumen menos e invierten mucho más en su futuro, creando un nuevo nivel de bienestar y florecimiento artístico sin precedentes.
Estos cambios permitieron el sometimiento de la antigua élite económica, política y tecnocrática. Ahora se valora la sobriedad y la austeridad, el control colectivo de la energía y el trabajo, y el poner límites a la expansión de la producción, con el fin de fomentar la autonomía y la creatividad de las naciones emergentes.
Todavía existe delincuencia y piratas que irrumpen las comunidades mejor adaptadas. Hay muchos retos sociales, militares y migratorios por delante, pero se logró una evolución civilizatoria sin precedentes, donde emergió una nueva identidad continental y donde los grandes clanes violentos y carteles de la droga son cosa del pasado.