Resumen del escenario
A principios de los años 30, Estados Unidos estaba sumido en una enorme deuda y surgió una nueva depresión económica. Se produjo una agitación social sin precedentes, y la gente comenzó a buscar formas alternativas para mantener su poder adquisitivo. Las criptomonedas se convirtieron en una de las alternativas más populares para quienes asumían riesgos. La adopción masiva de criptomonedas también dio lugar a paraísos fiscales cripto y a la competencia entre varias redes descentralizadas, donde las Monedas Digitales de Bancos Centrales (CBDC) son relevantes, pero seguían siendo peligrosas.
*Este escenario fue escrito originalmente en inglés británico.
Proyecto:
Sector:
Web3, Bitcoin, Blockchain
Temas clave:
Colapso, Criptomonedas, CBDC, Mundial
Horizonte temporal:
2038
Entre los años 2023 y 2028 los estadounidenses emitieron 6,8 billones de dólares adicionales y el total de su deuda interna sobrepasó los 40 billones de dólares. Para ilustrar la escala de esta cifra, 40 billones de segundos equivalen a 1.3 millones de años.
El mundo cayó en la oscuridad después de la notificación al mundo sobre el impago de la deuda por parte del gobierno Estadunidense en el año 2029, y se dió un estallido social sin precedentes.
Paradójicamente para mitigar los impactos económicos de esta nueva depresión económica, Estados Unidos rehabilita el antiguo muro en la frontera con México con tecnología robótica para evitar la fuga masiva de personas oriundas de latinoamérica hacia los países del sur.
Como profetizó Voltaire, el papel moneda siempre termina retornando a su valor intrínseco: cero.
El impacto en latinoamérica por la depresión es desastroso. Todas las economías y ciudadanos del mundo se volcaron a formas alternativas para conservar su poder adquisitivo, metales como el oro, el rodio o el paladio estaban en la lista de los inversionistas tradicionales. Sin embargo quien se robó el show de la “salvación monetaria” fueron las criptodivisas que desde décadas atrás habían hecho millonarios a cientos de especuladores y techno optimistas. También hubo estafas y quiebras en nombre de las criptodivisas, pero ante tal caos económico no hay tiempo para muchas consideraciones, la consigna es “sálvese quien pueda”.
Los más acérrimos cripto entusiastas celebraban la caída profética del dinero fiduciario, y fantaseaban sobre los automóviles de lujo y yates que podrían adquirir. Aquellos que no lograron deshacerse a tiempo del papel moneda irremediablemente cayeron en la pobreza extrema.
Con una adopción mundial pero traumática de las criptodivisas, el mundo siguió adelante dejando atrás las ruinas económicas humeantes y bajo una nueva macroeconomía tokenizada.
A pesar de la depresión, los videojuegos en base a Non-Fungible-Tokens (NFTs) continuaron siendo una de las industrias con mayor crecimiento en latinoamérica, manteniendo su sistema Proof-of-Game (PoG).
Todos los días, millones de jugadores de todas las edades participan en estas economías gamificadas, se enganchan en interacciones adictivas y aventuras fantásticas para ganar batallas tokenizadas y capturar personajes NFT, los cuales pueden redimir en el mundo real por dinero o pagar directamente con ellos los gastos diarios.
Incluso algunos bancos locales reciben como garantías crediticias NFTs de “Supatrupa y sus Amigos”, un famoso personaje de videojuegos y caricaturas que causa furor entre grandes y chicos. Vivir jugando y jugar para vivir parecía el sueño de cualquier adolescente latinoamericano.
Los problemas no se hicieron esperar, muchas comunidades veían con horror cómo se deterioraba la cultura, la lengua, las costumbres y las economías locales, pero lo peor de todo, una generación completa se echó a perder. Los más jóvenes no quieren ni estudiar o trabajar en pro de las necesidades de la comunidad, lo que generó una crisis social atomizada.
Se abrieron procesos legales contra las empresas de estos videojuegos acusandolas de prácticas neocolonialistas, pero sus economías eran tan fuertes que pudieron evadir sus cargos sobornando a los jueces con una versión limitada de NFTs, donde Supatrupa colabora con JayMia, un ultra famoso neo-reguetonero costarricense.
Con la confianza erosionada hacia los gobiernos, muchas empresas encontraron formas de evadir impuestos al poner sus criptoactivos en cripto paraísos fiscales. Este es un tema que desvela a los gobiernos del mundo entero, puesto que han sido incapaces de crear un marco legal que delimite el uso de las cripto y cómo estas encajan dentro del sistema tributario internacional.
Cada país tiene sus propios intereses y eso ha dificultado la expedición de la normatividad requerida. Sin embargo, el principal reto no parece ser uno político, sino legal. Para los legisladores ha resultado imposible legislar sobre las criptomonedas porque la tecnología parece ir más rápido de lo que se puede aprobar normas nuevas o actualizar las existentes.
Durante estos 15 años latinoamérica no ha sido ajena a la tendencia mundial del decrecimiento poblacional, en un ritmo menos acelerado pero su población está envejeciendo. Con la depresión económica el sistema pensional colapsó, y no hay suficientes fondos para garantizar los días de retiro de toda la población. Los gobiernos tratan de hacer una redistribución de los recursos durante la transición monetaria a las criptodivisas pero las élites protestan y se las ingenian para evadir sus aportes a la seguridad social.
Los cripto paraísos fiscales, ofrecen planes de ahorro pensional en detrimento de los aportes que deben ir al recaudo para la protección de la vejez, aparentemente es una actividad legal que protege la propiedad privada y los ahorros vitalicios de la élite esquiva a hacer una contribución más justa.
Al parecer los cripto paraísos fiscales no están ni cerca de desaparecer, de hecho, todo lo contrario está ocurriendo. Ya muchos países han empezado a ofertarse como cripto amigables.
La promesa de la descentralización usando la Web3 no generó más cooperación, por el contrario, los intereses y proteccionismos nacionalistas se reforzaron. Las generaciones más jóvenes ya no recuerdan cuando el internet operaba bajo el protocolo de la World Wide Web y se sentía como una sola red global.
En la actualidad, existe una gran cantidad de redes descentralizadas, cada una con sus propios protocolos de seguridad. Esto ha llevado a que exista una fuerte competencia entre algunas redes por atraer determinados usuarios.
Las distintas redes se segregan y dividen, habiendo unas muy eficientes pero únicamente abiertas para gente adinerada, otras de menor poder tecnológico pero de acceso mucho más abierto, y algunas son modelos del ciberespacio tecnocráticos e hipervigilados.
Los gobiernos latinoamericanos no tienen claridad sobre cuál camino deben seguir. Las leyes del libre mercado dicen que la competencia entre distintas redes es beneficiosa y puede ayudar a que la innovación se dé, pero en la práctica pareciera ser que lo contrario está ocurriendo. Se percibe un estancamiento tecnológico en cuanto a las capacidades de la splinternet y de Web3.
Las distintas redes se han ido poco a poco convirtiendo en un tema muy político. Los países más poderosos se han unido a las mismas redes, dejando rezagados a los países latinoamericanos más pequeños con menor capacidad tecnológica.
Ante la explosión y diversidad de criptodivisas disponibles tanto privadas como gubernamentales, aquellas con mejores prestaciones eran las que aumentaban en adopción y por lo tanto son las más relevantes. Desafortunadamente ese no fue el caso del Guaraní Digital, la moneda del banco central de Paraguay.
Debido al rezago tecnológico, la nueva moneda digital paraguaya no logró competir con las sólidas monedas digitales de los países más poderosos, y se vió obligada a adoptar el menor mal de todos, el Real Digital brasileño; causando muchas molestias y aunando viejos resentimientos entre la población de los dos países.
Brasil no perdió oportunidad para ejercer poder colonial sobre la pequeña nación paraguaya, que sumado a políticas comerciales asimétricas está forzando a Bolivia en la misma dirección monetaria. Se teme que en un futuro el gobierno Brasileño haga un intento por anexar a sus territorios estas dos naciones sudamericanas.
Ciudadanos y activistas por la democracia y los derechos humanos colman las calles de las principales ciudades del país carioca, por lo que consideran una afrenta a los principios éticos de la concordia y la hermandad latinoamericana. Sin embargo, la extrema derecha brasileña defiende los esfuerzos expansionistas gubernamentales, creando una barrera que divide la sociedad en su conjunto.
Con el apoyo de los países del BRICSET (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Turquía), parece que el destino de Bolivia y Paraguay está escrito.
Para solucionar algunos de los problemas políticos de lo que va del siglo, algunos países han optado por mecanismos descentralizados de gobierno que permitan tomar decisiones sin tener que acudir a los organismos encargados de gobernar. Esto ha sido demandado por muchos países, especialmente los del sur global que no se ven representados por sus gobernantes y sufren diariamente los costos de la alta corrupción.
Los resultados de este experimento son mixtos. A algunos países les ha ido de maravilla, mientras que otros han tenido demasiadas dificultades para gobernar exitosamente utilizando mecanismos descentralizados de gobernanza basados en blockchain.
Son más los casos en que la tecnología termina siendo un problema, y se empieza a hablar de un retorno a los métodos tradicionales de gobierno. Tal es el caso de Guatemala, donde un inesperado error de diseño en el protocolo de gobernanza en base a Web3 acabó ampliando la brecha entre los ricos y pobres.
El corrupto sistema de votación basado en créditos de prueba-de-participación-social no concebía todos los posibles casos de uso a largo plazo. Los que estaban en la cima vieron cómo su poder de decisión y su riqueza aumentaban de forma espectacular, mientras que los más necesitados de recursos se hundían en la pobreza extrema.
El tema es tan importante que rápidamente se ha convertido en uno de los más estudiados por académicos de todo tipo. Muchas personas jóvenes optan cada vez más por estudiar lo relacionado a las formas de gobierno descentralizadas.
Después de la masiva adopción de criptodivisas que le precedió, el consumo energético de tokens irrelevantes se disparó en todo el globo. Ante la precariedad económica, los reguladores estaban maniatados y por el contrario fomentaron más y más el desarrollo de nuevas versiones y funcionalidades con la esperanza de dinamizar la economía.
Desafortunadamente bajo las presiones del cambio climático, esta sobreoferta de tokens y de nuevos usos digitales terminó ocasionando un colapso en el suministro energético, y con ello, se incrementaron los costos por kilovatio de energía, desestimulando el uso de tokens digitales e impactando negativamente la actividad minera para mantener seguras y operativas las monedas basadas en los protocolos proof-of-work y proof-of-stake.
Ante esta reducción en la seguridad de tantas redes blockchain, un ejército de hackers atacaron distintos fallos en la funciones de actualización de los sistemas, y aprovecharon una vulnerabilidad en la función de varios contratos inteligentes en la que los usuarios pueden solicitar reembolsos, para robar sus criptoactivos. Ante estos ataques, millones de usuarios pierden la confianza en la supuesta seguridad de sus tokens y se desata una venta de posiciones a la baja en masa, aumentando el pánico en un ciclo vicioso y sangriento para muchos.
Es el fin de Supatrupa y su imperio de adicción tokenizada, arrastrando con ella la economía gamificada de los bancos y de millones de jóvenes y adultos del continente.
Una nueva depresión económica surgió nueve años después de la anterior. Esto fue el resultado de la quiebra de varios proyectos Web3. Grandes capitales se perdieron, y lo que es peor, se afectó el espíritu de toda una generación que creía en la tecnología como una solución a los problemas de la humanidad.
Esta situación ha ocasionado que surjan movimientos radicales anti tecnológicos. Entre sus exigencias se tiene que las tecnologías digitales deben ser restringidas a aspectos muy específicos de la vida, y que adicionalmente se debe optar por un sistema que se enfoque en expandir las capacidades de los individuos. Para estos grupos, la tecnología no es la solución a nuestros problemas.
Después de un largo periodo de innovación fallida, finalmente las empresas y gobiernos desistieron de utilizar las tecnologías descentralizadas de la Web3 para solucionar sus problemas.
Muchas promesas se hicieron para salvar el mundo con la tecnología blockchain, pero ante el desplome inminente de la biodiversidad mundial, la crisis ambiental parece ahora imparable. Si bien la tecnología blockchain ha resultado útil para algunas cosas, diseñadores, desarrolladores, inversionistas y legisladores no le dieron un enfoque intencional hacia la sostenibilidad, quedándose muy corta con relación a las expectativas que se tenían de ella.