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La Revolución Robótica Potenciada por la Web3 - 2038

Resumen del escenario

Los años después de la pandemia se conocieron como ‘El gran desabastecimiento’. Con el tiempo, los países se alejaron de la globalización y relocalizaron industrias enteras en su propio territorio. Los países de América Latina establecieron sus propios centros de datos utilizando una nube descentralizada basada en Web3. Esto permitió que los robots Web3 se volvieran funcionales, y la vida comenzó a cambiar drásticamente. Sin embargo, la transformación social fundamental ocurrió cuando las personas pudieron crear sus propios avatares legalmente vinculantes en el Metaverso. ¿Qué podría salir mal cuando robots y avatares comercian a la velocidad de la luz?

 

*Este escenario fue escrito originalmente en inglés británico.

Proyecto:

    Web3 Speculative Futures Latam

Sector:
Web3, Bitcoin, Blockchain

Temas clave:
Cadena de suministro, Tecnología 4.0, Cripto, Latam

Horizonte temporal:
2038

Disrupción en la Cadena de Suministro

Los años después de la pandemia se conocieron como ‘El gran desabastecimiento’. Como consecuencia, 15 años después países enteros habían dado un vuelco en sus políticas de comercio exterior, invirtiendo sus balanzas comerciales y restableciendo importantes industrias en suelo propio. Si algo había aprendido la economía global es que algunos bienes estratégicos es mejor producirlos localmente para evitar riesgos de desabastecimiento en las cadenas logísticas. La globalización había sido exitosa, pero para muchos resultaba necesario replantear uno que otro aspecto.

 

Los países desarrollados vieron una gran oportunidad para brindar soluciones robóticas y de automatización al sur global. No sólo ofrecieron los robots (el hardware), sino también el software para que los robots operaran de manera descentralizada. Todo esto fue posible debido a la gran aversión que se había desarrollado en contra de los modelos centralizados de la Web2. En su lugar, los países latinoamericanos alojaron su data en la nube descentralizada Web3, resistente a la censura y donde el sistema de datos distribuidos garantiza que no pueden ser afectados en un único punto de falla, por lo que hackear un único servidor solo desemboca en data inutil.

 

Latino América adoptó sin pensarlo las nuevas tecnologías robóticas y de automatización para poder ser capaces de producir localmente ciertos bienes estratégicos. De esta forma, los países desarrollados con una industria robótica entablaban nuevas relaciones comerciales y a su vez consolidan su poder económico en el emergente mercado de los servicios robóticos donde confluyen múltiples tecnologías 4.0 como la inteligencia artificial, el internet de las cosas, y por supuesto, el blockchain.

 

Como ha sucedido en otras ocasiones, el sector privado local se vió obligado a implementar tecnología de punta en sus operaciones logísticas, de lo contrario estarían en desventaja con los competidores externos.

 

Con el tiempo, el talento tecnológico latinoamericano se especializó en el desarrollo del software Web3 y en las inteligencias artificiales que emplean los sistemas robóticos; convirtiendo el software y la inteligencia artificial en dos de los principales productos de exportación de la región.

 

Algunos robots están personalizados para adaptarse a la estética local.
Robots con poder transaccional

La combinación de Blockchain, Internet de las Cosas, e Inteligencia Artificial se convirtió en un común denominador en los complejos procesos productivos contemporáneos. Esto progresivamente significó que los robots, gracias a la Web3, tenían capacidad de realizar transacciones de valor empleando un universo variado de criptodivisas, cada una con sus propias capacidades y funcionalidades.

 

Por ejemplo, se volvió común que el vehículo autónomo de una familia promedio administre su propia billetera con saldo en distintas criptodivisas para interactuar autónomamente con los robots de las electrolineras o hidrolineras (según el caso), o con los robots de los talleres de reparaciones.

 

Tal fue el desarrollo tecnológico impulsado por los robots que Latinoamérica y otros países del ecuador, que al contar con el beneficio de la órbita geoestacionaria, desarrollaron sus propios programas espaciales basados en Ciencia Descentralizada (DESci), incentivando a los científicos para que compartan abiertamente sus investigaciones y reciban crédito por su trabajo.

 

Gracias a esto es común que sus robots satelites gestionen autónomamente sus propios contratos inteligentes y los incentivos tokenizados que obtienen según las tareas y descubrimientos que realizan dia a dia.

 

Un vehículo autónomo interactúa con el robot de su taller de reparación utilizando criptomonedas.
Un robot satelital del programa espacial latinoamericano.
La inflexión transaccional

Sin embargo, la verdadera transformación sociológica emergió cuando las personas podían crear en el Metaverso avatares autónomos de sí mismos, los cuales los representan legal y transaccionalmente usando el poder de la inteligencia artificial y las criptodivisas.

 

Los avatares autónomos y los robots, ambos con poder y capacidad transaccional, intercambiando valor en el mundo real a la velocidad de la luz, desataron una crisis de empleo que generó inconformidad entre las clases obreras latinoamericanas, desatando disturbios callejeros donde se quemaron y violentaron robots de todo tipo y las oficinas de sus empresas fabricantes extranjeras.

 

Paradójicamente, en el metaverso miles de avatares protestaban por orden de sus humanos, y los disturbios callejeros fueron contenidos con una flota muy real de drones y robots policiales de última generación adquiridos recientemente.

 

Robots y avatares interactúan y comercian en el Metaverso sin intervención humana.
Detección de Emociones por IA

Para apaciguar los ánimos de las protestas, los reguladores hicieron promesas de transformación y revisión de los algoritmos para limitar los impactos que esta transaccionalidad cripto-robótica tenía en la vida y trabajo de los ciudadanos. Esto ha llevado a que muchos gobiernos implementen estrictas regulaciones sobre los protocolos de operación y seguridad que muchos robots deben tener. Algunos países incluso han implementado las leyes de la robótica de Isaac Asimov como parte de las nuevas regulaciones éticas para principalmente proteger la vida de las personas, pero también la integridad funcional de los robots.

 

Por otra parte, para anticipar la vandalización y los daños debido a la xenofobia emergente contra los robots, muchos fabricantes y proveedores de servicios robóticos implementaron algoritmos de detección de emociones, los cuales alertan ante cualquier comportamiento potencialmente hostil hacia los robots. Por supuesto esto sigue siendo un tema bastante polémico. 

 

A los ojos de muchas personas, esta tecnología no solo se encuentra en necesidad de muchas mejoras, también se considera que tiene unos sesgos implícitos capaces de generar información inadecuada y, en algunos casos, problemática.

 

Con ánimos de solucionar esto, los gobiernos del sur global han creado un banco de emociones, modismos y expresiones latinoamericanas, permitendo interacciones y transacciones más empáticas y fluidas entre humanos y robots, entregando un componente de Inteligencia Emocional Artificial (AEI) hacia el usuario promedio latinoamericano.

 

Para que esto fuera posible, la figura de una agencia internacional de robots fue creada en muchos países. Es común encontrar una división de Web3 y otra de AEI dentro de estas agencias.

 

La Inteligencia Emocional Artificial está dotada de una apariencia local.
Choque de Suministro de Criptomonedas

El mundo jamás olvidará el día en que cantidades importantes de muchas criptomonedas desaparecieron de un momento a otro debido a un error en el sistema operativo Linux. Al ser muy utilizado en los nodos criptográficos de todo el mundo, las repercusiones de este evento se sintieron a nivel mundial, tanto en economías humanas como robóticas.

 

Los economistas del mundo entero han prendido las alarmas pues prevén que esta situación puede desembocar en una nueva crisis.

 

Por un lado, se han estancado las transacciones criptográficas robóticas y se teme un nuevo caos en las cadenas de suministro globales, devolviéndonos al punto de hace 15 años donde toda esta disrupción comenzó. Por otro lado, muchas personas tenían los ahorros de sus vidas en criptomonedas y otros activos parecidos; si no se hace nada, la economía podría verse seriamente afectada y millones de personas quedarían en ruinas.

 

Por supuesto, así como los humanos, los robots satélite del programa espacial latinoamericano también quedarían en bancarrota.

 

Sin criptomonedas para gastar, los robots en bancarrota son fáciles de identificar.

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Este escenario es parte de nuestro proyecto Web3 Speculative Futures Latam. No dudes en contactarnos si deseas explorar futuros preferibles.
 
Trabajamos con personas y organizaciones motivadas por el impacto positivo en el Sur Global.